En los últimos meses, una palabra extraña comenzó a aparecer en conversaciones y publicaciones de redes sociales: Shrekking. Aunque parece un simple meme, este término ha desatado debate porque habla de un tema sensible: la importancia que aún le damos a la apariencia física en nuestras relaciones personales.
¿De dónde viene el término?
El concepto nace del icónico personaje Shrek, el ogro verde de DreamWorks que se volvió símbolo de lo diferente. En sus películas, Shrek demostró que la esencia y el valor de una persona no dependen de la belleza exterior, sino de la autenticidad y el carácter.
En ese contexto, “Shrekking” hace referencia a salir o descartar a alguien en función de su físico, ya sea:
- Rechazarlo sin conocer su personalidad, solo porque no cumple con los estándares de belleza.
- O bien elegir intencionalmente a alguien “menos atractivo” con la idea de que será más honesto, fiel o tratará mejor que los considerados “guapos”.
¿Por qué causa polémica?
El término se volvió viral porque refleja una realidad incómoda: la discriminación estética. Para muchos, es una forma de visibilizar cómo los prejuicios siguen influyendo en las citas y amistades. Para otros, el uso del término solo perpetúa estereotipos y ridiculiza a quienes no encajan en lo “atractivo” según los cánones sociales.
Más allá del meme
Aunque surgió como una tendencia humorística, el Shrekking invita a reflexionar sobre:
- Cómo las redes sociales han amplificado los estándares de belleza.
- La importancia de mirar más allá de lo superficial.
- El valor de cualidades como la empatía, la honestidad y la autenticidad en las relaciones.